Seguridad alimentaria y mejora de vivienda

Mujeres campesinas garantizan la seguridad y soberanía alimentaria de sus familias al tiempo que constibuyen a la conservación de la zona

 

El programa ´Seguridad Alimentaria y Mejora de Vivienda´ tiene el objetivo de satisfacer las necesidades alimentarias familiares, generar excedentes para la venta y promover la vivienda sustentable dentro de las comunidades rurales a través del conocimiento, práctica y adopción de técnicas agroecológicas y ecotecnias.

A través de un intenso programa de capacitación a nivel grupal se demuestra, de forma práctica, que es posible producir cinco veces más alimentos libres de agroquímicos utilizando el sistema de la milpa y el traspatio.  Estas acciones, generan competencias que les permiten a los miembros de la comunidad (especialmente a las mujeres, quienes representan el 85% de los beneficiarios) elevar su autoestima, de manera que puedan enfrentar sus problemas de forma autogestiva y autonoma.

Lograr que las mujeres capacitadas se identifiquen como agentes clave de la protección del ambiente y capaces de solucionar el problema cotidiano de la alimentación y mejora de vivienda, además de capacitarlas como promotoras de la protección del ambiente y para abordar los desafíos del cambio climático han sido sin lugar a dudas dos de los mayores logros de este programa.

Entre los resultados alcanzados destaca:

  1. Impulsar el potencial de las mujeres rurales y formar capital humano local capaz de estimular la creación de una conciencia ambiental de grupo, que motive a tomar acción para la conservación y recuperación de los recursos naturales, eleve la calidad de vida de sus habitantes y mitigue los efectos del cambio climático;
  2. ayudar a crear comunidades rurales resilientes, autogestivas y autosuficientes;
  3. garantizar la seguridad alimentaria y mejor nutrición de las familias;
  4. que las comunidades adopten ecotecnias y la construcción de viviendas sustentables;
  5. disminución de los factores de riesgo para la salud;
  6. reducción de los niveles de pobreza;
  7. disminución de la contaminación y degradación ambiental;
  8. involucrar a cada vez más actores en la conservación de la región; y
  9. fomentar la protección de las culturas indigenas.

Entre las prácticas que se promueven se encuentran:  1) conservación de suelo y agua; 2) producción de diversos abonos orgánicos; 3) rotación de cultivos para enriquecer el suelo con diversos nutrientes; 4) selección y mejora de semillas; 5) construcción de barreras vivas para evitar la erosión y producir una mayor diversidad de cultivos; 6) producción de verduras orgánicas en el sistema biodinámico intensivo; 7) producción de animales y subproductos (gallinas, guajolotes, huevo y conejo); 8) producción de jarabes y pomadas de plantas medicinales; 9) conservas de frutas y verduras.. Estas acciones, además, generan competencias que les permiten elevar su autoestima, de manera que puedan enfrentar sus problemas y metas de forma autogestiva y autónoma. Así mismo, para que las mujeres puedan promover el desarrollo de las comunidades, se les capacita para lograr la: 1) eficiencia; 2) resiliencia; 3) diversidad; 4) creación conjunta y distribución de conocimientos; 5) reciclado; 6) sinergias; 7) valor humano y social; 8) economías circulares; 9) cultura y tradiciones alimentarias; 10) gobernanza responsable; 11) organización; 12) participación y; 13) trabajo en equipo. 


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